JORDI ÉVOLE
Periodista
Contradicciones periodísticas
LUNES,
22 DE FEBRERO DEL 2016
Muchos
compañeros de profesión nos han enviado mensajes esta semana
celebrando el «atrevimiento» de emitir un programa donde
aparecen las grandes marcas de ropa y su manera de fabricar en el
Sudeste Asiático. La
verdad es que al principio lo celebramos: «Ole, ole, qué valientes
somos». Pero algo no estamos haciendo bien cuando nos felicitamos
por poder emitir un programa. Algo nos hace sospechar que el
poder no lo tenemos los periodistas, sino los anunciantes.
Con excepciones que confirman la regla.
Si
te paras a pensarlo, todo es bastante deprimente. ¿Aportamos algo
nuevo con el programa de ayer? Pues creo que no. Nada que no se
supiese, o que no hubiese sido contado en otros documentales o
reportajes hechos antes sobre el tema. ¿La diferencia? Quizá que el
nuestro se emitió en una televisión comercial en horario de máxima
audiencia. Con pausas para la publicidad donde normalmente se
anuncian marcas que no salían muy bien paradas en el programa,
básicamente por incomparecencia.
Y me
decía un compañero: «La contradicción de todo esto es que en mi
nómina y en la tuya hay varios euros de muchas de esas marcas a las
que señalamos. Zara aparte, que no hace publi.
Y nos beneficiamos de ellas… porque ellas invierten por culpa de
que ganan pasta y de que venden mucho... por culpa de que producen
barato... y esto es una rueda. Como en otros sectores, no solo en el
textil. Es muy jodido el asunto, es muy jodido el mundo en el que
vivimos, y muy jodidas esas contradicciones. Puede que como programa
de televisión seamos un fallo del sistema. Puede… Pero también
nos aprovechamos de él. Eso es lo jodido. Entramos económicamente
en él, y salimos periodísticamente de él».
Todos somos 'fashion victims'
Y
entonces, ¿qué hacemos? ¿Les pido a mis jefes que me descuenten de
la nómina de este mes los euros que provengan de la publicidad de El
Corte Inglés, H&M, Mango, Adidas, etcétera? ¿Dejamos la tele
comercial porque es incoherente estar dentro del sistema,
beneficiarte de él y criticarlo a la vez? ¿Nos montamos un fanzine
con una tirada de 300 ejemplares y lo buzoneamos por el barrio? Lo
de lograr la coherencia está muy complicado.
Para mí, por lo menos.
Creo
que al final todos somos fashion victims.
Las primeras, las costureras que malviven por cosernos centenares de
pantalones cada día; luego, los capos de las marcas que aparecen en
la lista
Forbes y
que infructuosamente seguirán presionando para que nada de esto se
sepa, y que no vivirán lo suficiente para patearse todo lo
explotado; también los consumidores, que, aun sabiéndolo, hoy
seguiremos entrando en masa en los Zaras, Bershkas, H&M's,
Mangos… sin el menor remordimiento; y los periodistas, que nos
creeremos héroes por haberlo explicado. Recupero a Umberto
Eco: «El verdadero héroe es héroe por error. Su sueño era ser un
cobarde honesto como todo el mundo».
BIBLIOGRAFÍA
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